alt

El empate de Santa Fe en el ‘Murillo Toro’ sabe a gloria y demostró que el equipo está para grandes cosas. Saliendo del estadio, muchos hinchas ‘pijaos’ se acercaron  para felicitarnos por el onceno, al reconocer su superioridad.

Quizás lo que se vio en televisión, estuvo corto para lo que sintió en las tribunas vinotinto y oro. En la previa como dirían los expertos, estuvo el temor latente de que el partido no llegará jugarse, llovía a cántaros y el cerro de manzanares, que se ubica al sur de la ciudad, nada que se despejaba.

Lentamente se fue llenando la tribuna occidental, con la grata sorpresa de la notable afluencia de la aficcion albirroja, llegamos a ser el 40 % de los asistentes. Estuvimos presentes en norte con la Guardia y  dispersos en Occidental.
Amainó la lluvia y con el amenizador recordando que Santa Fe era el único equipo que había vencido la buena racha de local del Tolima, el ambiente se iba calentando.

En el primer tiempo la fiesta para el local era total, Santa Fe fue un manojo de imprecisiones y el Tolima con más empuje que talento sacaba adelante el encuentro.

En el intermedio, mientras veíamos pasar los platos de lechona que anhelábamos degustar con deleite, la seguridad de los locales hacía prever lo peor. Por un momento, me sentí en el lugar equivocado, pese a que los hinchas ‘pijos’ fueron muy educados y de la respectiva mofa del que va triunfando, no pasaron.

El segundo tiempo fue otra cosa, Omar Perez entró conectado y el arribo de Anchico le dio salida al equipo por derecha. Hace rato no veía una tribuna silenciada ante el buen juego del Expreso.

Santa Fe acorraló al local por cerca de 20 minutos, todo valió la pena por presenciar ese momento. Un silencio sepulcral se tomó el ‘Murillo Toro’ y los rojos nos preguntábamos: ¿Este vinotinto y oro es el gran candidato a la estrella?.

Faltando poco se nos salieron los tres puntos del bolsillo, pero quedo la satisfacción de seguir siendo el único equipo con el que no puede el Tolima en su estadio y el reconocimiento de su hinchada.

Debo confesar que como dice el adagio popular «Las ganas le pueden al miedo», y pese a la advertencia de otros hinchas a los que les había ido muy mal en Ibague, allá estuvimos…  y salimos más convencidos que nunca, que la séptima estrella alumbra nuestro firmamento.

Amigo hincha así suene a cliché, no deje de acompañar al equipo, ir al estadio paga por el solo hecho de ser testigo presencial del buen momento del onceno. Porque lo que usted ve, escucha y siente, no es ni la mitad de lo que puede leer o ver en la tv.

El miércoles lo esperamos en El Campin!

Por: @issa2507