Sirva este texto como documento recordatorio. Que siempre esté disponible para que nos acordemos que fuimos, otra vez, testigos de la historia. Esa que se escribe con épica, esa que será difícil de repetir.

Y dirá usted, amigo, que una vez más este redactor exagera. Que le pone palabras rimbombantes a una derrota. Que le dedica espacio preciado a un partido de primera ronda de una Copa Libertadores.

Dirá usted, y lo más seguro es que tenga razón, que en medio de la convulsión que es el fútbol actual (donde sólo vale ganar y ser campeón) en pocos días se olvidará lo que hicieron 10 jugadores de Santa Fe ante un campeón vigente de Copa Libertadores en Brasil, de donde todos salen con la bolsa llena, como decía Fontanarrosa.

Pero había que verlos, amigo. Había que verlos. Lejos de resignarse ante la adversidad, se llenaron de valor, de orden, de capacidad. Los 10 que tenían que enfrentar al Atlético Miniero, esos que enfundaban de la mejor manera la camiseta del querido Santa Fe, supieron minimizar a una nómina que según la bolsa valores cuesta 35,4 millones de Euros .

Y es que este grupo de jugadores,  éste Santa Fe, que cambió la historia, parece que no se cansa de darnos partidos heroicos. No se cansa de darnos recuerdos para contar algún día, quién sabe, a un buen amigo que nos pregunte ¿cómo era ese Santa Fe que no se cansaba de luchar y vencer la adversidad?

Porque, vamos a ser honestos: apenas iba a empezar el segundo tiempo del partido esperábamos que la cuenta no pasará los dos goles. Y mire usted, este Santa Fe de Wilsón Gutiérrez se las arregló para tener posesiones de 3 minutos, presionar la salida, cortarle el circuito al Atlético Mineiro de Ronaldinho.

Pasa, amigo, que esta nueva demostración de valentía es una más de tantas. Y eso lo hace especial. Porque estas líneas las merece este Santa Fe de Ómar Pérez y César Pastrana porque no diera la impresión que no se conforman con haber cambiado la historia. No. Quieren seguir, y vaya usted a saber en qué va a parar.

Y sí, amigo, Santa Fe perdió por un gol de saque de banda. Y en 2013 estuvo cerca de todo y no ganó nada. Y, ya lo veo diciéndome que son los títulos los que marcan la historia. Y tendré que decirle, exagerando, que no. Que la historia la escriben estos partidos, esos que tienen detalles, expulsados (irresponsables). Que tienen una buena historia atrás.

Santa Fe cumple 73 años, con todos los altibajos que usted quiera, amigo. Sólo le digo que algún día, lejano, ojalá un niño lea este texto y logre dimensionar lo que muchos no hemos podido: este es el  Santa Fe más relevante de la historia. Así no gane más nada.

Vaya exageración, amigo.

Por: William Rincon