altEs el año 1976, aun retumban en la atmósfera capitalina los ecos de la hinchada cardenal por obtención del título y retumban las cabezas de esos mismos hinchas por la resaca de la celebración de la sexta estrella.

¿Quiénes eran los dirigentes de SANTA FE para ese entonces? ¿Quiénes ponían la plata o conseguían los aportes para el funcionamiento del club? ¿Cuál era la clave para llenar el estadio y tener hinchas en la dirigencia y en las graderías?

Calificando las actuaciones de Santa Fe de acuerdo al puesto en las tablas de posiciones de los cuarenta y cuatro torneos realizados desde la última vez que se logró un campeonato; siendo remarcable haber sido subcampeón o tercero, aceptable haber clasificado a las instancias definitorias, mediocre no clasificar y vergonzoso estar en lugares del fondo de la tabla; se tendría que:

6 campañas remarcables

14 campañas aceptables

13 campañas mediocres

11 campañas vergonzosas

Por citar dentro de las remarcables, dos subtítulos (1979 y Apertura 2005), una campaña que habría podido ofrecer hasta la estrella de no ser por un sombrío y sospechoso arbitraje de 1987, una campaña prometedora en 1989 cuando anulan el campeonato, pero del cual queda el recuerdo de la obtención del primer lugar en uno de los apartados del cancelado rentado, para entonces llamado Copa Colombia)

Para citar dentro de lo vergonzoso, cuando en el clausura 2007 fuimos últimos absolutos.

Lo que quiere decir que han sido más las campañas mediocres y vergonzosas que incluso las aceptables.

¿Cuándo se dio el cambio de manos de la institución? ¿Cómo se dio la llegada de “inversionistas anónimos”, que desde las penumbras manejaron los destinos del equipo buscando solamente su beneficio personal? ¿Por qué ahora hay tanto sigilo respecto de los nombre de los aportantes? ¿Por qué se ve el nombre de la institución inmiscuido en investigaciones de lavado de activos?

Estas preguntas generan aún más interrogantes. ¿Quién fue la persona que abrió la puerta de Santa Fe a las personas que más tarde traerían el desconcierto y la falta de amor por el equipo?

El hecho que hayan realizado campañas como la anterior, en la cual se revivieron las viejas épocas de un Santa Fe protagonista, no son más que una suerte del destino, una feliz casualidad.

La campaña anterior, el subcampeonato de 2005 o la Copa Colombia de 2009, no son producto de una organización, de un trabajo planteado a conciencia o de una política firme y seria por parte del equipo. Han sido el resultado más de un esfuerzo de los jugadores que de una labor consistente de las directivas del equipo y esto queda demostrado en lo escasas y esporádicas de esas relativamente buenas campañas.

Pero la pregunta de hoy, la que mas vale la pena hacernos, es: ¿Qué tenemos que hacer para que el equipo vuelva a estar en manos de los hinchas?

Solo un hincha piensa en el beneficio de la institución y no en el beneficio personal que se pudiera obtener de su inversión el en equipo. Por lo tanto, si el equipo es de los hinchas, por lo menos se tendría personal en las directivas que estarían mas pendientes de conseguir un porvenir fructífero en lo económico y lo deportivo para el equipo y no unos cuantos, muy pocos, tratando de sacar provecho de lo poco o mucho que puedan exprimir de una ya mermada institución.

Que el equipo sea de los hinchas, no garantiza la obtención inmediata de títulos y reconocimiento. Para ejemplo de ello, las campañas de Boca Juniors o River Plate mas recientes. Pero que el equipo sea de los hinchas, garantiza que por equivocadas que sean algunas decisiones, no estarán enmarcadas esas decisiones dentro de la mala fe por acabar el equipo ni dentro del marco de la ilegalidad para mover dineros de dudosa procedencia.

Cuántas verdades nos hacen falta. Cuántos vacíos hay sin resolver. Cuántos interrogantes quedan por mencionar.

EL PROCESO DE DEMOCRATIZACIÓN

El gobierno está ad portas de iniciar un proceso desde el cual, todos los equipos de fútbol se conviertan en sociedades anónimas, las cuales puedan ser supervisadas por la Superintendencia de Sociedades, que correspondan, como debe ser, a su carácter como entidades con ánimo de lucro y no manejadas con esos arreglos soterrados de contribuciones anónimas y aportes “X”, tan proclives a ser utilizados como lavandería de dineros mal habidos.

Ante la inminencia de esta decisión gubernamental, lo más prudente, es esperar a que una vez firmada esta ley, el gobierno de las pautas a seguir para la democratización de los equipos de fútbol. Con las bases sentadas y bajo la supervisión de Coldeportes, se deberá cumplir con las medidas establecidas para poder continuar ya como una sociedad anónima, cotizante en bolsa, en el libre mercado accionario, que continúe con el reconocimiento deportivo y que posea la ficha de afiliación a la Dimayor.

Es mejor esperar y tener la certeza de lo que se hace y no salir a hacer las cosas a las carreras –como ya lo está haciendo un equipo- porque esto podría acarrear inconvenientes entre dos entes totalmente diferentes y apartados. Uno sería la existente corporación, con su “ficha” y la otra, la sociedad anónima, aprobada por Supersociedades pero sin el aval de la Dimayor. Eso ya está viendo en ese otro equipo. Prudencia, calma, mesura… las cosas se van a lograr, pero se darán mejores frutos sin carreras, con las pautas establecidas por el gobierno y teniendo como espejo, la experiencia en la transición de ese otro equipo.

No hay porque apresurar lo que ya sabemos que se debe hacer. Hasta ese entonces, hasta que se hayan dictaminado por parte del gobierno los procedimientos a seguir por parte de los equipos de fútbol y se haya dado un plazo para cumplir, se podrán poner sobre la mesa las propuestas más claras para ayudar a Santa Fe, ya a un Santa Fe como entidad democrática y cumplidor de todas las normas establecidas.

Los hinchas esperaremos ese glorioso día, en que se den las pautas y los plazos, para salir a la luz pública y poder decir que Santa Fe si tiene hinchas, tiene dolientes, tiene gente que cree en invertir y cree en un mejor futuro en lo institucional, en lo económico y sobre todo en lo deportivo.

Seguimos creyendo, seguimos siendo hinchas, apasionados por el deporte del fútbol que para nosotros representa el equipo Santa Fe, pero sin apasionamiento en lo institucional, porque por ahora no hay herramientas para que la opinión como hinchas sea tenida en cuenta, ni siquiera escuchada.