Transcurría el año de 1977 cuando en Tumaco aparecieron los primeros gritos, y no precisamente de gol, de Leider Calimenio Preciado Guerrero. Los números presagiaban algo raro en él, 2 años después del hasta ahora último título y dos días antes del aniversario de la fundación del club que marcaría su vida, Independiente Santa Fe, empezaría a contarse la historia de alguien que a pesar de no ser matemático marcó su vida por romper con los números y las estadísticas.

Como casi todo en la historia reciente del primer campeón del fútbol Colombiano y más de su último gran ídolo, la vida de Léider Calimenio transcurrió bajo condiciones difíciles, adversidades y muchas de esas pruebas que nos pone la vida para probar de qué estamos hechos.

Anecdóticamente Leider primero probó suerte en un club al que le marcaría su historia y más que marcarle la historia le marcó goles.

Recién llegado a Bogotá y con la esperanza de triunfar en el fútbol profesional probó suerte en Millonarios en donde pocas alternativas recibió. Su familia había depositado todas sus esperanzas en él para salir adelante y Leider no podía rendirse tan fácil. Como la vida tiene sus ires y venires y por cosas del destino, ahora Calimenio estaba al otro costado probando suerte, estaba en el gran Santa Fe.

Durante sus inicios Leider no tenía un perfil sobresaliente entre sus compañeros pero había en él algo distinto que poco tiempo después, en 1996 entraría en furor. En la banca de suplentes y aguardando una oportunidad detrás del gran “Tren” Valencia, Leider observaba como cada día se construía la historia moderna de Santa Fe pero a la vez a toda esa historia le faltaba alegría y como en el fútbol las alegrías son los goles, Leider tenía en mente darle alegría al corazón de todos los santafereños.

Desde el año 1995, cuando se incorporara a la plantilla profesional de Santa Fe, y hasta nuestros días, hablar de Leider Preciado es hablar de goles y más allá de goles de récords e historia. Leider el “Tun Tun” Preciado ostenta récords para nada despreciables: Máximo Goleador de Torneos Cortos, más de cien goles con su amada camiseta de Santa Fe, Máximo goleador de este milenio en el Fútbol Profesional Colombiano, Tercer Goleador histórico de Santa Fe, máximo goleador en el clásico más tradicional de Colombia y el mérito de haber marcado el último gol de la selección absoluta de Colombia en un mundial.

En su vida profesional Calimenio ha jugado en los siguientes equipos: Racing de Santander y Toledo (España), Al Shabab Rydah (Arabia Saudita), Deportivo Quito(Ecuador), donde se coronó campeón por primera vez en el año de 2008, Once Caldas, Deportivo Cali y obviamente Independiente Santa Fe.

La vida de los ídolos no transcurre de la misma forma que los demás jugadores, por eso “El Tun Tun”, quien llevara en su espalda el hoy mítico número 23, le sacó más de una cana a la afición santafereña, ya sea con sus sutiles expulsiones o sus infantiles y tiernos gestos hacia la tribuna.

Con sus goles Léider cautivó a la Guardia Albirroja Sur y entró a la historia y a la memoria de todos lo santafereños, es difícil recordar un Santa Fe en los últimos años sin hablar de Léider, es difícil hablar de Léider Preciado sin hablar de Santa Fe.

En el año 2008 y tras una destacada campaña bajo el mando de Fernando “Pecoso” Castro, Léider decide probar suerte en Ecuador en un equipo de la capital, Deportivo Quito era su próximo destino, la meta, superar el subtítulo logrado con Santa Fe en el torneo apertura del año 2005 y ser campeón con el Quito. Pasaron pocos meses cuando en toda Colombia resonó en la prensa “De la mano de Léider Preciado Deportivo Quito cortó una sequía de títulos de varios años”, Léider era, por fin, campeón.

Hoy muchos lo extrañan en Santa Fe, otros no tanto, algunos hacen fuerza para que regrese, a otros les da igual, pero en algo que todos los santafereños coinciden es en el agradecimiento hacia el último gran ídolo del “expreso rojo” Léider Calimenio Preciado Guerrero, quien se cansó de hacer goles con la “albirroja”, (sobretodo a Millonarios) y a quien todos recordaremos con gratitud y siempre teniendo de fondo entre cada gol ese inolvidable cántico que dice:” Léider Calimenio oh ooooh”