100_1697A pesar de todos los golpes que han recibido durante los últimos años, los hinchas cardenales siempre se han caracterizado antes de un campeonato, por llevar el espíritu de esperanza al límite, por tener la corazonada de un campeonato, por tener la virtud o el error de creerse campeones sin haber jugado un sólo partido; sencillamente, por tener la Santa Fe al límite y por tener la sangre roja desbordando sus venas antes del pitazo inicial.

Pero parece que este año, como hace mucho no pasaba, los Santafereños no están ilusionados y no tienen sonrisas para lanzar referente al equipo de sus amores. Hoy mientras nos divertimos viendo un regular Mundial, entre asombro y desdicha vemos noticias Santafereñas, que como la mayoría, han tenido más tinte dramático y triste que cualquier otra cosa. Hoy los fieles Santafereños desean que el Mundial dure toda la vida y que no se acabe nunca.

Es innegable la crisis  que sufre Santa Fe, es triste que se revelen cosas que jamás creían que iban a pasar con el rojo bogotano, «pero la realidad ya está sobre la mesa y hay que aceptarla con coraje, con garra y con sentimiento», decía un hincha ‘cardenal’ sentado en el parque Simón Bolívar con la camiseta de Santa Fe puesta, como si se estuviera alistando para un clásico. «Sí han aguantado cerca de siete quinquenios sin ganar nada, sí han aguantado en el equipo jugadores realmente perversos, la unión y el aguante es la mejor salida para la situación ‘cardenal’ hoy» expresaba otro hincha rojo, casi con lágrimas en sus ojos.

Y es que como en algún mito de ‘garabato’, parece que después de ese fatídico 3-0 en mayo en Neiva, toda la mala suerte hubiese  caído sobre el ‘expreso rojo’. Primero la ilusión de técnicos argentinos, grandes y reconocidos en nuestro equipo; luego el supuesto descubrimiento de socios con nexos en el narcotráfico; y ahora los anuncios de ¿refuerzos?, como la ‘champeta’ Velasquez y otros remedos del Quindío que pidió Otero y Barragán.

Quitándome el corazón santafereño y como amante del fútbol, creo que no hay hinchada más valiente, fiel y pasional que la de Santa Fe en el país. Y así me digan que el fútbol no es de justicias ni mayorías, Santa Fe le sigue dando puñaladas en el corazón a sus fanáticos que no merecen tanto, ellos ya tienen demasiado, pero igual están acostumbrados, no es algo que ya no hayan vivido. Pero ¿qué más tienen que pagar los sufridos hinchas cardenales?

Me da risa ver en foros y comentarios de los medios, a algunos hinchas diciendo que no van a volver al estadio, en protesta por todos estos males que le han caído al equipo, como camionado de sal sin frenos. Realmente me da risa, porque puedo asegurar que esas propuestas nacen en hinchas que sólo han pisado el Campin en un clásico, o en un partido importante, o peor aún, ni siquiera lo conocen, ni siquiera han sentido lo que es acompañar a Santa Fe en el estadio. Puedo afirmar, que los que dicen eso, no hacen parte de los 5.000 de siempre.

Lo digo, porque también estoy convencido que esos 5.000 o 6.000, van a estar con el mismo aliento de siempre, el 18 de julio (una semana después de la final del Mundial) en el Campin, cuando Santa Fe reciba al Medellín por la primera fecha de la Liga Postobón II, de eso no me queda ninguna duda, porque la hinchada de Santa Fe no se mide por triunfos o por derrotas, no se mide por títulos, victorias o derrotas, es un sentimiento que va más allá….

Algunos seguidores de otros colores, hoy hacen burlas señalando los extraños y supuestos nexos del rojo con peligrosos narcotraficantes. Aún no se ha verificado nada, muchos medios sacan pecho diciendo que esas investigaciones son de un riguroso trabajo investigativo que les tardó meses, pero casi un mes después de la revelación, no se ha abierto medida judicial alguna contra Santa Fe y según El Espectador, voceros de la embajada niegan inclusión alguna del rojo a la ‘lista Clinton’.

Los hinchas rezan para que las palabras del Presidente César Pastrana caigan como bendiciones verdaderas y hasta milagrosas, para que esos supuestos nexos no afecten a la institución.

Y me pongo a pensar: de pronto si el rojo bogotano tuviera dinero mal habido tendría mínimo 13 estrellas y una Copa Libertadores, o ya habría comprado a un jugador del equipo contrario para botar un penalti en la definición de un título. Sigo pensando, tal vez si el rojo bogotano tuviera dinero mal habido, estupefacientes sería un socio más, dos hermanos con plata rara serían hinchas del equipo, y además Santa Fe tendría una finca de entrenamiento financiada con esa misma plata mal habida.

Pero desafortunadamente para esos seguidores de otros colores no es así. Si por algo se ha destacado Santa Fe a lo largo de su historia es por su honradez, su juego limpio y ese honor de poder decir que «no hay ni una sola estrella manchada con sangre ni con sufrimiento». El honor de decir que «todo se ha ganado dejando la sangre en la cancha, el sudor en el pasto y el corazón en las tribunas». Ese honor que otros equipos no se dan porque sus victorias, ya están manchadas por el deshonor. Pero bueno, en este país todos sabemos que el ladrón juzga por su condición.

Hoy, los hinchas de Santa Fe se desvelan por saber la suerte de su equipo, esa que ellos esperan entre oscuridad y claridad, para que todo se solucione a favor de el ‘expreso rojo’. Esos hinchas fieles que con toda la seguridad estarán el 18  de julio en El Campin esperando por su equipo y gritando «Saleeee Leóooooonnn, ohhh, ohhhh, ohhhh».

Abrazos para todos los hinchas del ‘expreso’.

AGUANTE CARDENAL
AC

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