Santa Fe venía de una agitada semana y lo afanaba la necesidad de sumar puntos en condición de visitante. El rival de turno era el Deportes Roldán, perdón, el Deportes Tolima.

Bolillo mandó al gramado del Murillo Toro a: Julio; Bernal, AF González, Nájera, Delgado; M González, Flotta, Anchico, Pérez; Valencia y Gutiérrez.

Para este partido muchas personas presentaban una clara predisposición ante el arbitraje de Wilmar Roldán, sí, el mismo de la final Chicó – América que quería robar a los dirigidos por Gamero., bueno, de hecho les robó…

Y parece que las intuiciones no fallan, no habían transcurrido 30 segundos del partido y el “arbitro”, si se le puede llamar así, amonestaba a Maximiliano Flotta con el cartón amarillo. Mal presagio. Pero eso no es todo, el partido en general fue una muestra de la pésima, por no decir algo peor, formación y capacidad de los árbitros en Colombia.

ladronPromediando los 5 primeros minutos del encuentro Francisco Delgado fue con un choque directo al balón generando el encuentro con un jugador rival. Ladrón, perdón, Roldán, en su afanosa búsqueda de protagonismo ni siquiera hizo una reconvención verbal, no siquiera mostró tarjeta amarilla, ni siquiera analizó, si es que puede, la jugada y expulsó al defensor santafereño.

El panorama se tornaba totalmente oscuro. Santa Fe ha jugado varios partidos con 10 hombres y contra 12, eso no es novedad, pero jugar en Ibagué 85 minutos con 10 hombres no era para nada alentador. Lo único claro era que Tolima iba a ganar.

Para sorpresa de muchos Santa Fe no se descompuso, al contrario, jugó uno de sus mejores partidos en el torneo. Lo sucedido a lo largo de la semana fortaleció el grupo que, anonadado por la actuación arbitral, nunca bajo los brazos, fue inteligente y mostró mucho coraje para enfrentar la adversa situación.

En los planes del profesor Hernán Darío Gómez estaba jugar con dos puntas definidos y el cambio por el juvenil de la norma era por Yovanni Arrechea, pero dadas las circunstancias alteró su decisión y realizó un inteligente cambio por Daniel Torres, volante de marca.

A los 12 minutos se presentó otra expulsión para Santa Fe. Una agresiva falta cometida por Marrugo, del Tolima, mucho más fuerte que la hecha por Delgado no fue sancionada ni siquiera con tarjeta amarilla por parte del central del compromiso motivo por el cuál el banco de Santa Fe protestó. El “juez” no medía con el mismo racero, si expulsaba a Delgado a los 5 minutos por esa falta tenía que darle cárcel a Marrugo por la falta cometida. Bolillo mostró su enojo con el “árbitro” se metió al campo de juego, le cantó la verdad en la cara y, como era de esperarse, fue expulsado. De ahí para adelante Santa Fe jugó con mucha garra, sin Dt y sin un jugador.

El primer tiempo concluyó con la paridad a ceros en el marcador. Agustín Julio tapó de todo. Julio Gutiérrez, el chileno, luchó cuanto balón pudo. El equipo se comportó muy bien dentro del campo, conservaba el orden, la calma, hacía marcajes rápidos, precisos, nunca dio espacio para un Tolima, y hay que decirlo, nunca fue superior a Santa Fe.

La segunda parte presentó al mismo equipo de la parte inicial. Tolima se venía con todo pero aun mas sorpresivo fue ver como el segundo tiempo fue de Santa Fe.

Tolima como máximo llegaba a las inmediaciones de las 18 pero de inmediato la zaga cardenal controlaba cuanto balón llegara y empezaba su descolgada hacia arriba. Más desesperado resultó el juego del Tolima que en repetidas ocasiones recurrió al pelotazo. Santa Fe controlaba los tiempos con Omar Pérez, quien trataba de nunca rifar un balón o dejar mal parado al equipo en alguna salida, incluso tuvo opciones de anotar.

Cerca del final, promediando el minuto 78, el “juez” sancionó una muy discutida falta al borde de las 18 a favor del Tolima. Cobra Marangoni. Gol. Tal como se pensaba, el Tolima iba ganando.

Producto del desespero entró Arrechea por Torres. Santa Fe se la jugaba toda pero como suele suceder en los últimos partidos nos hacen un gol en el último minuto, que, si bien no definía ya el partido, daba un margen demasiado amplio en el marcador que en nada correspondió al desarrollo del partido.

Al final se vieron caras tristes en los jugadores santafereños. El trabajo de la semana, el esfuerzo de un partido disputado con gallardía se fue al suelo por UN PÉSIMO ARBITRO. No es justo. Está bien que Santa Fe tenga más enemigos que amigos pero por lo menos deberían tratar al equipo con equidad, con justicia.

Para muchos hinchas fue un golpe fuerte la derrota pero la esperanza está aun mas fuerte. El equipo mostró que tiene con qué. 11 contra 11 hubiera sido otra historia.

Próxima parada el clásico con Millonarios. Invitamos, como cada ocho días, a todos los hinchas a acompañar a Santa Fe en el Campín. Ahora es cuando más fuertes debemos ser. El partido se perdió, el margen de error se hace más pequeño pero las posibilidades están ahí.