Trabajo en mi oficina con mas o menos 10 o 14 hinchas de Millonarios, soy el único Santafereño allá y cada día es una «batalla» continua, (ojo me refiero a una batalla honorable, nada de insultos ni de violencia), pero si me toca defender a mi equipo mucho más de  lo que hace un Francisco Najera o Andrés Felipe González, que no estoy diciendo que jueguen mal, sino que ellos juegan solamente 90 minutos cada 8 días, a mi me toca a diario más de 8 horas de «combate».

Y es que el miércoles en la mañana, en contra del pronostico y de todos mis compañeros de oficina, me llevé mi camiseta Puma, la blanca, la del visitante,  y pacté una apuesta con el otro compañero que no es de Millonarios, sino del Tolima, en ese momento  mi jefe se me acerca, muy horondo él,  hincha del equipo azul,  ve mi sagrado atuendo y me dice: «voy a prohibir todo ese tipo de prendas de vestir, creo que tendré que exigir que todo el mundo venga a trabajar con la corbata puesta», a lo que yo en mi altar de fé por mi equipo, le fui diciendo: «creo entonces que tendré que traerme una corbata que tenga el escudo de Santa Fe estampado…» . Pero bueno, orgullosamente hice mi apuesta, y soporté cualquier día de burlas e injurias de mis amigos de trabajo, esperando que esa eterna hora, 8:30  de la noche, llegara para que por fin, se callaran todos esos azulejos con los que laboro.

El caso de mi extenso comentario es,  que todavía me pregunto, ¿Qué pasó?  ¿Qué fue lo que sucedió? ¿En que punto de la noche se fracturó todo mi mundo y se convirtió sencillamente en la comedia de otros? Todavía no lo entiendo y no me lo explico, sé que hablamos de fútbol y en esto nadie tiene la razón, pero eso no justifica la malas actuaciones del equipo, la falta de resultados y la ausenciade gol, el azar no justifica la aunsencia de la «garra» y el empuje, porque yo no no dudo ni un segundo en colocarme mi armadura roja, empuñar la espada, el escudo de oro del león, y defender a mi equipo; entonces me pregunto, ¿Por qué parece ser que los jugadores, en el momento del juego empiezan a titubear?. Yo no sé, y no me parece justo, pero igual ahí estoy, de nuevo con la frente en alto, esperando ganar el clásico, defendiendo el honor que  sé que mi equipo tiene, y de no ganar, creo que no sólo se nos complica la entrada al cuadrangular, sino que el lunes en la mañana, con la frente en alto y con el bolsillo roto, me tocará pagar 10 o 14 apuestas más…