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Con un solo gol, Santa Fe perdió el sueño de seguir adelante en la copa Nissan Sudamericana.

Eran las 7:00 de la noche y el frío cubría las calles capitalinas, pero la fuerza cardenal estremecía el estadio y los cánticos alentaban a los 11 leones que saltaban a la cancha.

El pitazo inicial daba paso a más de una bendición entre los aproximadamente 16.000 hinchas que le cumplieron a Santa Fe y que tienen claro que ¨ los partidos se ganan no solo en la cancha, sino en los tablones¨. El sueño de seguir avanzando  en la Sudamericana, se veía reflejado en la cancha y en las tribunas, donde los nervios se hacían notar.

Santa Fe no presentaba su mejor fútbol, mientras los hinchas ahogaban su desespero en cada uno de los cánticos , el expreso controlo el  balón, pero los minutos pasaban y los remate al arco brasilero no generaban daño alguno. Las jugadas s tornaban confusas y Valdez llegaba pero no lograba concretar, mientras que el equipo rival se aprovechaba del desespero santafereño.

Un primer tiempo se fue con indecisiones, llegadas fugaces y gritos de aliento en las tribunas. Las esperanzas seguían latentes y un segundo tiempo daba paso a las emociones y el empeño de los jugadores por buscar el triunfo se hacía notar.

Los minutos corrían a mayor velocidad, los ánimos entre los hinchas se calentaban y los jugadores de Mineiro desestabilizaban la meta santafereña, pero en uno de sus descuidos Felix Noguera se inventa una jugada que termina en gol e hizo retumbar el Campin, en un solo grito de alegría.

En una sola tonada se escuchaba el ¨ vamos mi Santa Fe, pones al rojo vivo mi corazón ¨, era el momento de no perder fuerzas y los 11 leones dejaban todo en la cancha, pues un solo gol empataría la serie.

Julio en el minuto 66 salvó a Santa Fe de la única llegada peligrosa que generó Mineiro y se ganó la ovación de los hinchas. Mientra que Nazarith se hacía sentir con un remate que pasó por encima del horizontal en el minuto 68.

Un ¨ si se puede ¨ se escuchaba en cada uno de los rincones de las tribunas. Mientras el matemático Otero se la jugaba con tres delanteros, cambiando a Felix Noguera por Viáfara en el minuto 76, pero nada funciono, el resultado no se había logrado.

No quedaba nada por hacer, el pitazo final se escuchó en el centro de la cancha y las lágrimas comenzaban a rodar en los rostros de jugadores e hinchas que sienten a diario la camiseta y como lo dijo Seijas ¨ los jugadores salimos tristes se perdió el rumbo de una gran copa, pero tenemos que levantar la cabeza pues la lucha sigue en la Liga Postobón ¨ .

Un equipo brasilero que no demostró convicción en su fútbol se retiraba con una clasificación, mientras que el león de la capital se retiraba en medio de los aplausos.

La lucha del león sigue y el apoyo tiene que seguir, porque recordemos que pasaran los directivos, los jugadores, pero la hinchada seguirá igual. El amor por Santa Fe no cambiara y recuerden que los que decidimos algún día seguir esta pasión tendremos que sufrir, pero la recompensa esta por llegar y la batalla en estos momentos esta enfilada en la búsqueda de la séptima estrella.