fisicoLa decisión que tomó ayer la comisión disciplinaria de la Dimayor contra Santa Fe abre la puerta a una seria discusión sobre el carácter absurdo e injusto de ciertas normas del reglamento de disciplina que se aplicó.
En primer lugar tiene que establecerse, para aplicar la sanción, el conocimiento que el club tenga de la trampa del jugador al ocultar su verdadera edad. Y es claro que el Santa Fe fue engañado.

¿Cómo se prueba el engaño? El jugador le mintió a la mismísima Federación de Fútbol, que no solo lo alineó en la selección nacional Sub-17 cuando realmente tenía 23 años, sino que fue su capitán. Si la Federación de Fútbol –que es la instancia suprema, por encima de las ligas y los clubes– permitió que el jugador Castro se alineara en la selección nacional Sub-17, engañando a todos los demás países participantes, ¿cómo se sanciona a un club que hizo lo mismo que la federación? ¿No es un aval suficientemente confiable para que un equipo lo tenga en una alineación como jugador sub-18?

A ver… si un club no le puede creer a la mismísima Federación de Fútbol, ¿a quién le cree?

Santa Fe fue engañado. La federación fue engañada. Todos los equipos a los que Colombia venció deberían presentar la misma denuncia del Medellín contra Santa Fe, ante la Conmebol, por el engaño de Colombia, según la teoría de la Dimayor. No puede ser que el Santa Fe sea culpable y la federación, inocente. No puede ser que lo de la federación fuera un error involuntario y lo de Santa Fe, voluntario.

No puede ser que nuestros dirigentes tengan dos raseros: uno para medir a los clubes, y otro para medir a sus jefes. Si Santa Fe es culpable, la federación también lo es.

Nosotros creemos que la federación actuó con la misma buena fe con la que actuó Santa Fe. Para los interesados: con el jugador Castro, Colombia venció a la selecciones de Brasil, Perú, Bolivia y Ecuador ¡y clasificó al mundial!

¡Qué tal las joyitas que tenemos como dirigentes!: cohonestan la trampa y sancionan a otros cuando los descubren.

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