Se presentó un nuevo clásico entre Santa Fe y Millonarios en el gramado del Campín. Santa Fe buscaba sumar los tres puntos a como diera lugar debido a su incomoda posición en
A escasos tres minutos de iniciado el encuentro se realizó el ingreso de Bernal por Lozano.
El inicio del encuentro tuvo varios actos llamativos. El primero un sentido homenaje a Adolfo “El Tren” Valencia, quién recibió la emblemática camiseta número 14; a su vez la hinchada santafereña volvió a hacer la fiesta en las tribunas, con papel picado, extintores y banderas se animó una gran salida del equipo; también se sacó el trapo gigante, el cual sufrió algunos rotos.
Alejandro Bernal sufrió un golpe lo cual lo dejó por fuera del resto del compromiso generando el ingreso de Jairo Suárez.
Para la segunda etapa todo era optimismo en las toldas santafereñas. Cánticos, papeles y mucho ánimo auguraban un segundo tiempo más benévolo para los cardenales.
Santa Fe liberó mucha tensión con ese gol; por momentos se veía un buen resultado para el expreso rojo pero en cuestión de minutos la felicidad de transformó en angustia y la angustia en orgullo, y el orgullo… una fiesta.
En la segunda etapa entró Daniel Torres por Daniel Néculman.
En una jugaba iniciada en el medio campo albiazul se filtró un balón con destino al área santafereña, Agustín Julio sale a cerrarle espacio a Valencia, delantero del equipo visitante, pero al medir espacio detiene sus brazos en el suelto antes de impactar tanto al jugador como al balón, increíblemente segundos antes Valencia ya estaba fingiendo vilmente una falta que a la postre le compró el juez Velez quien en dos minutos volteó totalmente un partido que Santa Fe tenía ganado.
Expulsión del arquero y penal, todo inmediato a una jugaba mentirosa… Si a Santa Fe no le están metiendo la mano, como afirmó el presidente Armando Farfán, qué pasa con los árbitros en Colombia?
Para sorpresa de muchos quien se encargara de ocupar el lugar de Julio en el arco fue Javier Arizala, lateral izquierdo. Cobró Hurtado. 1-1.
Un marcador totalmente mentiroso ya que si bien Santa Fe no era del todo punzante en el área enemiga, los azules eran mucho más inferiores en todos los aspectos y dependían totalmente de cualquier balón que colocara Bedoya y Estrada.
Santa Fe se fue en busca de la victoria, y aún con un hombre menos nunca dejó de luchar. Pero otra vez, y en una jugada fuerte, Andrés Felipe González generó adversidad para los intereses albirrojos, expulsión. Santa Fe tenía que al menos mantener el marcador jugando con 9 frente a un rival que estaba completo y contaba con los “errores” arbitrales menos equilibrados de los últimos clásicos.
Pero aún mayor fue la sorpresa al ver que un equipo con 9 nunca fue menos que uno con 11, incluso Santa Fe tuvo suficientes opciones como para ganar el encuentro.
Al final un empate con varios sabores. Desde el punto de vista numérico el punto sumado no sirve mucho ya que entramos a depender de los puntos que hagamos como visitantes, sin embargo Santa Fe depende de sí mismo para entrar a los 8. Desde el punto de vista deportivo resulta agradable ver a un Santa Fe con tanta sangre y tantas ganas de salir de esta adversidad. En este espacio se ha dicho, Santa Fe es de los mejores equipos en jugar cuando tiene expulsados… y eso es trabajo de técnico.
Por ahora el panorama no es muy alentador en la tabla de posiciones pero es alentador como santafereño ver jugar a un equipo como el de la noche de ayer.
Una invitación para que acompañemos al equipo en la últimas dos fechas en condición de local, frente a Nacional y frente a Pasto. Si bien la clasificación está en entredicho, ver jugar a Santa Fe como jugó ayer genera una alegría y una satisfacción a la hinchada y directivos, no dejemos solo al equipo, si no clasificamos nos toca esperar varios meses para volverlo a tener en el Campín, ánimo.