La Guardia, escencia cardenal (video)

Llevo asistiendo al Campín hace ya bastante tiempo, desde cuando mi papá me llevaba a oriental general a ver al Santa fe por allá en el 84. Por esa época no me importaba si Santa Fe era el que mas títulos tenía o el que iba de primero o era el equipo de moda por esos tiempos; lo único importante es que era el equipo de mi papá y listo, con eso era mas que suficiente, el viejo era lo máximo y para mí era imposible que él se equivocara en sus cosas.

Pasaron los años y me di cuenta que ese Santa Fe que algún día de mi infancia llegué a idealizar, no era lo que yo creía. En especial recuerdo un lunes del 86, el día inmediatamente anterior Santa Fe había sido eliminado por el Once Caldas del Octogonal. Ese lunes fui como de costumbre al colegio y durante todo el día las crueles burlas de los niños de tercero primaria no se hicieron esperar. No voy a negar que me sentí bastante mal, pero algo muy adentro me recordaba que ese era el equipo de mi papá y el viejo no se podía equivocar. En ese momento me sentí mas hincha de Santa Fe que nunca.

Estoy seguro que como yo hay muchos, los hinchas que se hicieron a partir de la década de los 80 se forjaron a punta de temperamento. Antes de los 80 , en Bogotá lo fácil era ser de Millonarios, ahora lo fácil es ser del América, del Nacional y hasta del mismo Millos, pero no de Santa Fe. El ser hincha de Santa Fe hoy en día implica mucha más entrega y lealtad que antes. En medio de todo, el sentimiento santafereño conlleva una serie de compromisos que muy poca gente es capaz de asumir. Para ser hincha de Santa fe se debe ser noble de corazón, se debe contar con una configuración espiritual a prueba de adversidades (algunas veces insólitas) y ante todo, es esencial poseer esa fe ciega e incansable que arde en el corazón y que estalla con fiereza cada vez que la institución cardenal nos brinda una victoria.

Es por eso, que para intensificar esa pasión desbordada surgirían grupos que vivirían el fútbol de una manera diferente a la tradicional: ya no sería suficiente con sentarse en silencio con transistor en mano a ver el partido. Ahora el hincha sentiría la necesidad de cantarle a su equipo de hacerle saber que él está ahí presente, vibrando con cada momento, con cada jugada. Fue así como en un principio se fundó la primera barra de este tipo en Colombia bautizada con el nombre de » Barra Santa fe de Bogotá» (los mismos Saltarines), que con el tiempo daría origen a la ya muy conocida Guardia Albi-Roja Sur.

Desde el surgimiento de La Guardia Albi-Roja Sur a principios de 1997, el sentimiento santafereño se ha vuelto aun mas fuerte. Sus integrantes que en un principio no eran mas de 40, hoy en día son mas de 5000 que sin falta asisten al Campín para engalanar el estadio con sus cantos llenos de fe y alegría embelleciendo las tribunas con su colorido.

Mientras exista la Guardia la lateral sur siempre la veremos llena sin importar contra quien sea el partido, de allí que resulte paradójico que la tribuna que cuenta con el mayor promedio de asistencia, esté compuesta por hinchas jóvenes que casi en su total mayoría no han visto a Santa fe ganar algo. Son esos mismos hinchas los que siguen al equipo a lo largo de todo el país sin importar las dificultades que se presenten, que piden dinero en la calle para poder pagar la entrada al estadio, no importa que se gane o se pierda, pues sin duda alguna, Santa Fe es lo mas grande que hay en sus vidas y bien sabemos que mientras haya vida habrá esperanza.

Porque para un Guardia la camiseta de Santa Fe representa mucho mas que el simple distintivo de un equipo, la camiseta albi-roja representa el histórico esfuerzo de aquellos verdaderos hombres que alguna vez la vistieron e impregnaron con gloria y tradición sus colores, representa el orgullo de hacernos sentir fruto viviente de la gran capital de la cual no sentimos cada vez mas orgullosos. Mas aun cuando en el Campín escuchamos de pie su himno, mientras mostramos altivos todos nuestros emblemas para rendirle un tributo que sea digno de su grandeza.
En conclusión La Guardia nació, crece y vive para alentar a Santa Fe, el gran equipo de la capital, y es por esto que el compromiso de cualquier integrante suyo tendrá que ser Santa Fe por encima de todas las cosas.