Se fue Farfán de Santa Fe, para algunos con una excelente labor al mando del equipo, para otros (como yo) es un presidente que pasó y tal vez la única huella que dejó fue el título de la Copa Postobón.

Llegó en el 2007 “revolucionando” el mercado de pases del fútbol colombiano al traer más de 10 refuerzos de categoría y dando el golpe de opinión al contratar al ex – seleccionador de Colombia y Ecuador, Hernán Darío Gómez, pero no contó con la suerte para alcanzar la séptima estrella, que según él, fue el detonante para presentar su renuncia irrevocable.

Según el directivo, “Santa Fe queda bien en el sentido económico y administrativo, con una nómina importante que seguramente dará la lucha en el nuevo campeonato que comenzará en los próximos días” y aseguró que “Me voy dejando un buen plantel, un equipo listo para ser campeón y al club en una excelente situación económica».
Bien dice el dicho que las personas (directivos y jugadores) pasan, y las instituciones quedan. Para mí, es lo mejor que le pudo pasar a Santa Fe, aunque mas allá de la renuncia queda un sabor a que hay algo más detrás de eso, algo bien raro, porque hoy día no existe un solo directivo en el mundo que tenga esa autocrítica de decir “Me voy por no ser campeón”, ojalá sea solamente el “sabor” a algo raro y no lo haya por el bien de Santa Fe.

Se rumora que el próximo presidente será César Pastran actual presidente de la Liga de fútbol de Bogotá y en la época de Eduardo Méndez, vice – presidente de la institución “cardenal”.

Amanecerá y veremos.